Sí y no.
Es una conversación verdadera y sagrada con tu proyecto.
Un acto de madurez creativa, de volver a confiar.
Un punto de inflexión.
Sé que muchas veces queremos controlar o renunciamos porque creemos que no fluye pero muchas veces se bloquea porque olvidamos lo más importante: Nuestro emprendimiento solamente crecerá lo que nosotros. Por ende, escucharlo abriendo el corazón hará que te recuerde para qué nació, porqué te eligió a vos y qué grandeza pueden crear juntos.